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‘Dismupren’, una base de datos sobre el lenguaje

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‘Dismupren’, una base de datos sobre el lenguaje

Coordinado por la catedrática de la Universida de Málaga Susana Guerrero, la UMA ha creado un proyecto que consta de una base de datos con más de 3.000 textos periodísticos que hablan sobre la mujer y el lenguaje. En el marco del proyecto, conocido como ‘Dismupren’ o ‘El discurso metalingüístico sobre mujer y lenguaje en la prensa española: Análisis del debate lingüístico y su repercusión social’, se ha publicado recientemente un monográfico sobre el debate del uso del lenguaje inclusivo en la prensa española. «Lo más impactante es que llevemos solo unos meses y ya tengamos más de 3.000 noticias, noticias que están presentes en la web», afirmó la catedrática.

La cantidad de noticias que se generan en un día relacionadas con la mujer y el lenguaje «impresiona, porque todos los días hay noticias de este tipo». Todos los temas lingüísticos tienen importancia en general, pero dentro de ellos «este es uno de los más importantes», afirmó. «Está claro que dentro de los temas lingüísticos, este es el que más tirón tiene, el que más noticias genera», explicó Guerrero.

El monográfico, publicado en la revista CLAC -Círculo de lingüística aplicada a la comunicación- salió en el mes de febrero y ha sido el primer monográfico donde se han publicado artículos relacionados con dicho tema. «Digamos que esos temas que están en el monográfico son los que nos han parecido, quizá, los más pioneros o los más interesantes en el momento según las noticias que estamos recibiendo», expresó Susana Guerrero. Además, la catedrática de la Universidad de Málaga ha anunciado la publicación de un segundo monográfico que saldrá en septiembre de este mismo año.

Surgimiento

Susana Guerrero es catedrática en Lengua Española e imparte clases en la Facultad de Ciencias de la Comunicación desde el año 1998. Una de sus especialidades es el español en los medios de comunicación y, dentro de ella, el español desde la perspectiva de género. Guerrero llevaba muchos años analizando todo este fenómeno a raiz de que las mujeres, sobre todo impulsadas por el feminismo, empezasen, de alguna manera, a cambiar los hábitos lingüísticos. «Llevamos muchos años con un debate sobre si hacer uso de las formas desdobladas o no, si usamos el masculino genérico, si hay palabras sexistas, que si las guías de uso… Todo eso me interesaba y ahora me dio la sensación de que era un tema muy actual porque la gente me llamaba mucho para hacerme consultas al respecto», explicó Guerrero.

Cada vez que un medio se encontraba con un ‘miembra’ o ‘portavoza’ se ponía en contacto con la catedrática para que opinara como lingüista. «Ahí me di cuenta, era un tema que interesaba mucho, que en clase muchas veces el propio alumnado me hacía preguntas sobre este tema», explicó haciendo referencias a dudas que surgían como el uso del arroba.

«La Academia no se pringa institucionalmente salvo muchas veces para estar en contra», expresó Guerrero. Siendo una institución que vela por el lenguaje, en lugar de posicionarse en contra de estos hábitos lingüísticos, debería «observarlos y poner sentido común en su guía». Al no hacer esto la Real Academia, Susana Guerrero supo que era un tema al que había que darle la importancia que requería y se le ocurrió crear el proyecto ‘Dismupren’ viendo la importancia que tienen los medios de comunicación con respecto a ello «porque al final lo que cuentan los medios de comunicación es un poco lo que existe, o sea, todo lo que los medios de comunicación convierten en noticia es lo que interesa y muchas veces algunas de estas noticias vienen de las redes sociales».

La creación de esta especie de hemeroteca digital es de una gran importancia para recopilar todas las noticias que se publican a diario relacionadas con el tema. A pesar de llevar pocos meses en funcionamiento, la base de datos ya cuenta con más de 3.000 textos desde el verano. Para formar parte de esta base de datos tiene que haber algo relacionado con la mujer y el lenguaje, ya sea un neologismo relacionado con la mujer, una palabra sexista o una definición en prensa sobre un término novedoso. «Cualquier tema relacionado con la influencia de las mujeres en el lenguaje pasa a formar parte de esta base de datos», explicó Guerrero.

Dicha base de datos ayudará en la realización de una especie de testimonio vivo para ver cada momento histórico, ya que recoge noticias de todo lo que está digitalizado. «Están todos los periódicos digitales y aquellos que han hecho una hemeroteca y han volcado textos de algunos años anteriores», explicó. Gracias a esta herramienta es posible reconstruir la historia de este debate en España, que va a la par de la Constitución Española. «Ha habido momentos donde las guías de uso han sido muy polémicas, sobre todo a partir de que Ignacio Bosques escribiese un artículo en contra de las guías de uso del lenguaje», recalcó la lingüísta.

Lenguaje inclusivo

«Si el lenguaje inclusivo se utilizara bien, me parecería magnífico, porque hay una premisa equivocada en la confusión entre el lenguaje inclusivo y el lenguaje desdoblado». Al hablar de lenguaje inclusivo se suele venir a la cabeza decir buenas tardes a todos y a todas, queridos y queridas, etc. «Eso no es lenguaje inclusivo, eso es hablar de forma desdoblada, que es otra cosa distinta», argumentó la catedrática.

El lenguaje inclusivo debería incorporar muchísimas cosas para que sea un lenguaje que no discrimine. Para que un lenguaje inclusivo funcione se deben evitar léxicos sexistas o expresiones sexistas. «Debemos evitar que las mujeres salgan discriminadas porque siempre van en segundo lugar colocadas. Sería, por ejemplo, no hablar con metáforas discriminatorias». Cuando al hablar de un hombre y una mujer no se usen calificativos de distinta índole, lo que llevaría consigo lenguaje sexista.

La forma desdoblada no es más que una manera de hacer visibles a las mujeres y «precisamente la guía de usos no sexistas hechas por lingüistas desaconsejan su uso». No hay que hablar de las mujeres como si fuesen una excepción constante, es decir: «la primera mujer que…». Además se da el uso de la palabra ‘mujer’ de manera redundante en ejemplos como «la mujer trabajadora, la mujer deportista…». Al hablar de hombres no se da esa redundancia, «todo eso son sesgos importantísimos que forman parte del lenguaje igualitario, pero la gente se ha quedado con lo fácil de parodiar, con las formas desdobladas o triplicadas», afirmó Susana Guerrero.

Este proyecto pretende que la gente entienda que hay muchas cosas que las mujeres están aportando al lenguaje que son necesarias, como nuevas palabras, nuevos neologismos o nuevas feminizaciones para evitar discursos basados solo en las formas desdobladas o triplicadas que «no suelen funcionar». Usar un lenguaje inclusivo es usar los femeninos y nombrar a las bomberas, arquitectas y científicas. No es cuestión de feminismo, es cuestión de sustantivos con doble terminación. Técnica es la disciplina y también una mujer con capacidad para ejercer la ingeniería. El contexto lo deja claro, «usar el femenino elimina el desprestigio que ha tenido en la historia».